Ralla el calabacín o colócalo en un procesador. Déjalo reposar por 10 minutos.
Coloca el calabacín en una toalla limpia y exprime hasta sacar la mayor cantidad de líquido. Esto debe quedar lo más seco posible.
Coloca en un tazón y añade el resto de los ingredientes mezclándolos muy bien. Si sientes que la masa quedo algo dura, añade un poco, sólo un poco del jugo que quedó de exprimir el calabacín.
Advertencia:Si la masa te queda muy floja no tendrás éxito durante el horneado de tu pizza.
Extiende la masa en una bandeja y lleva al horno a temperatura media por un tiempo de 20 minutos.
Saca del horno, coloca salsa de tomates y los ingredientes que desees y vuelve a llevar al hornear por 10 a 15 minutos o hasta que esté doradita por los bordes.