Ingredientes

• 1 taza de Polenta KEL
• 4 tazas de agua
• Sal al gusto
• Aceite (De oliva preferiblemente)
• Si prefieres, a tu gusto: Condimentos, queso rallado, hierbas

Preparación

Coloca en una olla el agua y la sal. Añade la Polenta poco a poco mientras vas revolviendo. Llévala al fuego sin dejar de remover con una cuchara de madera hasta que la mezcla hierva.

Disminuye la intensidad del fuego y continúa removiendo hasta que puedas ver el fondo de la olla y éste permanezca despejado, es decir, con una consistencia más firme que una crema y suficientemente suave como para esparcirla con comodidad en el molde. Apaga el fuego.

Toma la polenta de la olla y transfiérela a un molde previamente engrasado. Espárcela bien y formarla con un grosor de un dedo. Deja reposar y llévalo a la nevera unos minutos para que se compacte. Mientras tanto, precalentar el horno a 200 ºC.

Voltéala con cuidado sobre una superficie plana y córtala en cuadros de 6 a 8 cm.

Colócalos sobre una plancha caliente por ambos lados con un poco de aceite para dorarlos hasta que queden suaves por dentro. Puedes también colocarlos sobre una bandeja para hornear untándolos igualmente con aceite y hornea hasta que los veas dorados.

Sírvelos solos, esparciendo un poco de queso parmesano o acompañándolos con tu complemento favorito.